Durante las terapias asistidas con perros (TAP), se emplea al perro como medio motivacional para conseguir los objetivos que nos planteamos durante la intervención, es decir, es un recurso más para poder conseguir aquello que queremos en el proceso terapéutico. 

Para poder nombrarse proceso terapéutico o terapia debe haber un profesional sanitario, y debe cumplir ciertas características, como son: que haya un proceso de evaluación antes, durante y después del tratamiento, una programación y unos objetivos generales y específicos. 

La combinación de la terapia asistida con perros y la terapia ocupacional ha resultado ser muy efectiva, ya que, como confirman diversos estudios, se pueden obtener algunos beneficios como la reducción del nerviosismo, el estrés y la agresión, mejora de las capacidades cognitivas, aumento de la motivación, la atención, la concentración, crea vínculos y desarrollan las habilidades sociales…

Asimismo, la terapia ocupacional es la disciplina que trata de conseguir la mayor independencia posible de la persona a través de la mejora de las actividades de la vida diaria. En el caso de los niños, esto se potencia a través del juego, pues es una actividad por la cual los niños y niñas aprenden las funciones que son necesarias para poder ser una persona adulta independiente.  

 

¿Hay algo más divertido que jugar con los niños y los animales?